El pueblo
En las estribaciones de la Sierra Espadán encontramos el municipio de Chóvar (Castellón) con 346 habitantes y una superficie cercana a los 20km2, toda ella dentro del Parque Natural de la Sierra de Espadán.
A tan sólo 60 kilómetros de Valencia y a 40 de la capital provincial, podemos encontrar en Chóvar uno de los paisajes más peculiares del territorio valenciano. Sus suelos rojizos, ricos en sílice, determinan una vegetación poco corriente en otros lugares de la Comunidad Valenciana como los Cistus (jarales), el Pinus pinaster (pino rodeno) y como árbol más característico, el Quercus suber (alcornoque).
No sólo es de interés por su flora, el municipio también cuenta con una larga historia que hace que hoy Chóvar sea un municipio rico en patrimonio y con muchos lugares de interés, tanto en el casco urbano como en el resto de su término.
El casco urbano está situado en la ladera de un cerro conocido como la Punta de la Sartén, en esta cumbre encontramos los restos de un castillo musulmán, de nombre homónimo al cerro, que era utilizado como punto de vigilancia ya que desde aquí tenemos una vista general del territorio que rodea el casco urbano. Herencia de los fundadores del municipio, los musulmanes, tenemos en la parte alta del pueblo multitud de calles estrechas y con trazado irregular. Ya más reciente, del siglo XVIII, encontramos en el centro del pueblo la Iglesia consagrada a Santa Ana. También en las proximidades del municipio podemos visitar varias balsas y el lavadero.
Dispersos en el término vemos desde restos arqueológicos de la Edad de Bronce o de los Íberos hasta construcciones musulmanas más recientes como son el Pantano de Ajuez, la Torreta, la Punta la Sartén o la Nevera de Castro (en el límite con Alfondeguilla). También varios aljibes, carboneras y algunas caleras. Por último, encontramos restos de la actividad minera que se desarrolló en Chóvar a mediados del siglo pasado.
Como todos los pueblos de la región, Chóvar cuenta con dos fiestas: “Domingo de la Rosa” celebradas durante el primer domingo de Mayo y la “Semana Taurina” en la segunda semana de Agosto.
También encontramos una variada gastronomía local donde destacan los “sequillos”, “almendraos” o la “panisa de miel”, siempre elaborados con almendras, aceite y miel locales.